Drones agrícolas: una solución eficaz que sigue esperando luz verde en España

dron de fumigación

Pese a su demostrada eficacia en el campo, los drones agrícolas siguen enfrentando importantes barreras normativas en España. Aunque se ha producido una tímida apertura en algunos casos puntuales, el Gobierno aún no reconoce de forma generalizada el uso del dron como herramienta terrestre para la aplicación de tratamientos fitosanitarios convencionales.

Ejemplo de estos drones en nuestra web:

DJI Agras T50

Una excepción que marca camino: el caso de Sevilla

En abril, el Ministerio de Agricultura autorizó de forma excepcional el uso de drones con ciazofamida para combatir el mildiu en cultivos de patata en tres municipios sevillanos: Aznalcázar, Villamanrique de la Condesa y Alcalá del Río. ¿La razón? Suelos anegados que hacían imposible el tratamiento terrestre convencional.

“La única solución era el tratamiento aéreo con drones”, afirmaba Marco Román, presidente del Sector de la Patata en Asociafruit.

Sin embargo, esta autorización solo se aplicó a 165 hectáreas y tuvo validez hasta el 13 de abril. Pese a ser un paso adelante, deja en evidencia la lentitud normativa para adaptar el marco legal a la realidad tecnológica y a las necesidades urgentes del campo.

¿Dron terrestre o aéreo? Un debate con impacto real

Uno de los principales obstáculos es la actual consideración legal del dron como un medio aéreo, al mismo nivel que un helicóptero o una avioneta. Esto implica fuertes restricciones, a pesar de que los drones agrícolas operan a solo 2 o 3 metros del suelo, igual que un tractor.

“Un dron no debería considerarse una aeronave en este contexto. Es una herramienta terrestre por funcionamiento y precisión”, explica Carlos García Yagüe, de Aerobur.

Además, diversos estudios —incluso desde la propia industria fitosanitaria (AEPLA)— avalan que los drones permiten una aplicación controlada, eficiente y con menos deriva de producto que otros métodos.

Más que eficiencia: sostenibilidad y continuidad productiva

Los beneficios del uso de drones van más allá del ahorro de costes. Son esenciales en situaciones de lluvia, en momentos de riego o en terrenos inaccesibles, permitiendo continuar con los tratamientos sin interrumpir el ciclo agrícola.

“Permiten mantener la producción por hectárea, incluso en condiciones adversas”, destaca el agricultor Ángel Bonel, quien ha pedido a la administración que el dron sea considerado como tratamiento terrestre en Aragón.

La clave está en regularlo adecuadamente: establecer protocolos, exigir formación profesional y garantizar el uso responsable, algo para lo cual nuestra empresa ofrece cursos especializados y certificaciones oficiales.

El futuro del campo ya está volando… ¿a qué esperamos?

En un contexto donde desaparecen materias activas y se reduce la inversión en nuevos productos, los drones ofrecen una herramienta segura, rentable y adaptada a las nuevas exigencias del campo español. La tecnología está lista. Los agricultores también. Solo falta que la normativa deje de ir por detrás de la realidad.

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Un comentario en «Drones agrícolas: una solución eficaz que sigue esperando luz verde en España»

  1. El tratamiento de fumigación con drones debería considerarse tratamiento terrestre, la normativa no puede ser tan estricta cuando se trata de algo tan necesario como es salvar una cosecha.

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